LA IGLESIA EN ESTADO PERMANENTE DE MISIÓN
La
parroquia, Nuestra Señora del Rosario de
la Estrella, en Tutazá – Boyacá; organizó una semana misionera en conjunto con
los padres la misión apoyado por los
misioneros Monfortianos y equipo Inter- congregacional de Bogotá. La parroquia, se puso en estado de misión, con
el lema:
“en
misión para renovar el compromiso bautismal en familia”
Esto
significa, realizar acciones concretas al interior de la iglesia, empezando por
la iglesia doméstica; donde cada uno de nosotros, como miembro del pueblo de
Dios: toma la conciencia que nuestra fe nació en el encuentro personal con el
Señor Jesús en la fuente Bautismal. Este acontecimiento decisivo marca toda
nuestra existencia, nos hace hijos e hijas de Dios y miembros de su gran
familia.
El
Bautismo se vive en las relaciones comunitarias y se celebra en los actos
cotidianos, compartiendo en la familia, pero en manera especial se celebra y
alimenta en la Eucaristía. En esta semana de gracia y misión, durante las
visitas a las familias casa por casa, se tuvo la oportunidad de compartir temas
que ayudan a fortalecer el compromiso bautismal desde las familias; ya que es
en el diario vivir en comunidad y solidaridad, que nos hacemos uno con Cristo
cabeza de la Iglesia y vivimos a plenitud nuestros er de bautizados.
El
compromiso Bautismal es un llamado a fortalecer la relación personal y como
familia a profundizar la relación con la persona de Cristo. Como dice Jesús: “Aquel
que escucha mis palabras y la práctica, será como un hombre prudente
que edifico su casa sobre la roca” (Mt 7, 24), y esto se logra a través
de la oración, pues está es la forma por
excelencia que tiene el cristiano para fortalecer su fe día a día. Sólo la presencia de Jesús y la
práctica de su Evangelio ayudan a construir una fe firme; sin su presencia se
cae fácilmente en los vicios, la
indiferencia, divisiones, infidelidad
etc, robando la paz y la alegría propia de un seguidor de Jesús.
La
misión en la parroquia de Nuestra Señora de Rosario en Tutazá, fue un momento oportuno para que todos
los cristianos tomasen conciencia de
renunciar a las cosas que les atan y no
les permiten vivir una vida autentica.
Durante la celebración litúrgica, cada uno libremente decía; quiero renuncia a
la pereza, a la omisión ante la vida, a la inconstancia, a la comodidad que no
me dejan comprometerme y me llevan a
escaparme de mis responsabilidades. Algunas personas con mucha valentía decían:
con Jesús quiero optar por salir de mi mismo, valorando a las personas por lo
que son y no por lo tienen. Quiero estar atento a la llamada que el Señor me hace diariamente, quiero hacer lo que me
pida donde sea, y no sólo lo que me gusta.
Agradezco
al Señor, por todas las gracias que ha derramado durante
esta semana de misión, por las familias que nos acogieron en sus casas. Un gracias
muy sentido al párroco P. Luis Emilio Hernández que organizó y
convocó los misioneros para compartir la fe con su comunidad parroquial en Tutazá.
Y
para todos nos queda la invitación de renovar nuestra fe en Jesucristo, retomando
nuestros compromisos bautismales, saliendo de sí mismo al encuentro con los demás.
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