MI EXPERIENCIA EN TIERRA BOMBA
Estoy muy
contenta de haber aceptado el llamado que Dios me hizo a través de las Hermanas
Misioneras de la Consolata. Gracias en particular
a la Hermana Resty Malile y a la gente de esta hermosa isla donde me sentí más
que acogida y muy acompañada durante la novena de Navidad que viví en Tierra Bomba,
una isla situada al Oeste del mar Caribe, donde realmente
me sentí en familia.
Mi
experiencia como voluntaria me ha llenado de nuevas perspectivas y proyectos que sueño realizar, gracias a esta
oportunidad en la que he podido mirar con ojos nuevos, llenos de amor y deseo
de servicio, una realidad toda nueva para mí. Mi impactó ver cómo allá las
personas luchan por tener agua potable todos los días mientras nosotros la
malgastamos, como si nunca se fuera a acabar; comprendí como es de gratificante
saludar a las personas, a quien pasa a tu lado, porque es hacerlo parte de ti;
bien diferente a lo que acontece muy frecuente en la ciudad cuando somos egoístas
y al pasar al lado de otra persona nos comportamos como si no nos importara y mucho mejor si no nos hacemos siquiera
notar. En Tierra Bomba no es así, tú eres parte de ellos y te lo hacen notar
empezando por el saludo que te dan al pasar.