miércoles, 12 de diciembre de 2012


2º DOMINGO DE ADVIENTO
Lucas 3, 1-6

El tiempo de adviento siempre se ha caracterizado por llamarnos a la conversión. Conversión que significa “cambio en nuestro modo de vivir para que se nos sean perdonados nuestros pecados”  Cfr. Lc 3, 2ss. Cambio y perdón, dos palabras que justifican la venida del Señor. Dios ha tenido desde toda la eternidad un proyecto pensado para nosotros pero a causa de la libertad humana que concedida a cada uno de nosotros, este proyecto con dificultad se realiza pues nuestro orgullo no nos permite concederle a Dios el puesto que le corresponde en nuestra vida impidiéndole que su sueño se realice pronto que es el de ser reconocidos plenamente como hijos suyos. Por este motivo al nosotros comenzar a cambiar lo que hacemos es permitirle a Dios que reine, es cederle libremente el puesto en nuestros corazones para que Él como dueño y Señor de todo lo creado sea capaz de gobernar libremente a su manera. Esta humilde actitud es la clave para que Dios en su infinita misericordia nos abra sus brazos amorosos para acoger  nuestra abismal miseria humana  y la convierta en un redentor gesto llamado del perdón.  

Hna Gloria Ospina  

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