MENSAJE DE CUARESMA
2014
1. “Dios
no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la
debilidad y la pobreza: ‘Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…’. Cristo, el
Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre”.
2. “Dios
no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de
quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad generosa. ¡El
amor de Cristo no es esto!”.
El testimonio de los creyentes
3. “La
riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y
solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por
el Espíritu de Cristo”.
4. “Los
cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a
hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La
miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin
solidaridad, sin esperanza”.
5. “La
miseria material es la que
habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no
es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los
bienes de primera necesidad (…) Cuando el poder, el lujo y el dinero se
convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las
riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la
justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir”.
6. “No
es menos preocupante la miseria moral,
que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias
viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene
dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! (…) Y cuántas
personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales
injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da
llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la
educación y la salud”.
7. “Esta
forma de miseria [moral], que también es causa de ruina económica, siempre va
unida a la miseria espiritual, que
nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si
consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano,
porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un
camino de fracaso”.
8.
“La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse;
y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y
enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza
duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío
de la limosna que no cuesta y no duele”.
¿Qué
nos dicen, a nosotros cristianos de hoy,
estas palabras del Papa?
¿Qué nos dice
hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido
evangélico?
Papa
Francisco en su mensaje para la cuaresma 2014
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