MISIONEROS DE LA CONSOLATA, CELEBRAN EL DÍA DE LA
AFROCOLOMBIANIDAD
La parroquia de Cristo Maestro y el barrio La Unión de Vivienda Popular (Cali –Valle), tuvieron la dicha de celebrar la fiesta tan grande del pueblo afrocolombiano a nivel arquidiocesano, es decir, el día de la afrocolombianidad. Es una fiesta no porque el pueblo afro saca panderos, guasas, maracas, tambores, marimbas y cununos para festejar, sino, es un festejo por lo que significa el 21 de mayo en la historia colombiana.
Pues,
el 21 de dicho mes se conmemora la abolición legal de la esclavitud en Colombia
que se dio por primera vez en el año 1851 bajo el mandato del presidente José
Hilario López. Es importante recordar que el intento de la abolición de la esclavitud
en Colombia fue un proceso. Se inició en 1812 con la constitución de Cartagena
que prohibió el comercio y la trata de los esclavos, proyecto que se frustró
debido a la reconquista de los españoles. En 1814 bajo el mandato de Juan del
Corral, se dio la libertad a los hijos de los esclavos nacidos en Antioquia. En
1821 se decretó la ley de la libertad del vientre. Y el 21 de mayo de 1851 llegó la ocasión
culminante cuando el presidente José Hilario López firmó la abolición de la
esclavitud en Colombia. Debido
a esta historia, es importante la celebración de la abolición de la esclavitud para
el pueblo afrocolombiano porque por medio de ella, se celebra la prevalencia
del bien sobre el mal, la justicia sobre la injusticia y criminalidad, el Reino de Dios sobre el reino de tinieblas.
Por ese motivo, se hizo la celebración arquidiocesana de Cali en la parroquia
Cristo Maestro. La Eucaristia fue presidida por el Arzobispo de Cali, monseñor Darío
de Jesús Monsalve Mejía, acompañado por el arzobispo emérito, monseñor Juan
Francisco Sarasti Jaramillo, junto con varios sacerdotes y diáconos. Esta
celebración vio la presencia del padre Angelo Casadei, superior regional de los
misioneros de la Consolata en Colombia y Ecuador, y la hermana Ayda Orobio, superiora
general de las hermanas Lauritas. En su homilía, el señor Arzobispo no se tuvo
en condenar la esclavitud que se impuso a los afrodescendientes, un mal que
desfiguró el ser creado de la raza
humana en la imagen y semejanza de Dios: “La abolición de la esclavitud, mal
nefasto que se impuso a los descendientes de los africanos, fue una muestra de
que el mal no podía prevalecer sobre el anhelo de ser libres y dignos, esa
dignidad traída por Jesucristo para todos los hombres y mujeres” dijo el Arzobispo,
quien a su vez invitó a todos a luchar en contra de las esclavitudes emergentes
que siguen acechando al ser humano hoy.
Es
preciso recordar que, en 2001 cuando se cumplieron los 150 años de la abolición
legal de la esclavitud en Colombia, el Congreso de la Republica por medio de la
ley 725 decretó el 21 de mayo de cada año como un día de la
afrocolombianidad. Para ello, esta fecha
no puede pasar desapercibida para el pueblo afrocolombiano. Es un día para
celebrar, recordar, reflexionar y proyectar el camino que éste ha recorrido más
de 500 años aquí en Colombia. Para la generación presente, es un espacio para
aprender de los ancestros y ancestras quienes a lo largo de la historia han
luchado a brazo partido para que el pueblo negro en Colombia tuviera libertad.
De
igual manera, la celebración del día de la afrocolombianidad cada vez más abre espacio
para pensar en los temas de igualdad y reconocimiento cultural en el país. Esto
está en sintonía con la Constitución de 1991 que afirma categóricamente que Colombia
es un país pluriétnica y multicultural. En esta heterogeneidad, el pueblo afro
juega un papel enorme. En este sentido, el día de la afrocolombianidad sirve
como telón de fondo para fomentar el respeto de la diferencia, tolerancia y
unidad a nivel nacional. Igualmente, dicho día sirve de ocasión para
concientizar a los demás acerca de la necesidad de rechazar el racismo y la
discriminación que aquejan a los afrocolombianos a fin de que se pueda crear un
ambiente que abrace la inclusión para todos y todas.
Esta
conmemoración del día de la afrocolombianidad engloba también a la Iglesia ya
que en muchos espacios eclesiales el afro siempre está. En esta conmemoración
la Iglesia se compromete más a seguir apostando por la causa afro para que a través de la luz del Evangelio el
pueblo afrocolombiano sea dignificado. Por eso, hay que apostar por una
pastoral especializada que permita responder de forma contundente a los
desafíos del pueblo negro sin descuidar su cosmovisión e idiosincrasia.
Ssimbwa Lawrence
Misionero de la Consolata
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