viernes, 5 de abril de 2013


Cien años de la primera profesión religiosa

de las primeras hermanas Misioneras de la Consolata

Abril 5 de 1913 - Abril 5 de 2013

"Este día será memorable en la historia de nuestro Instituto, y  se escribirá  en letras de oro”. La profesión de las diez primeras hermanas ,significa  uno de los mejores días de nuestras  vidas, hoy se construye la base fundamental de la congregación. Ustedes son los pilares sobre los cuales se alza el  gran edificio de las Misioneras de la Consolata. Depende de ustedes, de sus vidas y de su ejemplo la prosperidad y el buen espíritu del Instituto.
Hoy quiero ser un san Francisco de Sales y profetizar el futuro de la  congregación, predecir los grandes frutos apostólicos y el crecimiento en la virtud que alcanzarán . Este santo, les dijo  a sus tres primeras hijas, cuando hicieron  la primera profesión : veremos que estas tres pequeñas almas de  la Providencia de Dios, sembradas en este rincón de la tierra, se multiplicarán hasta el infinito y la misericordia de Dios les bendecirá con  gran prosperidad, y se glorificará en ellas.
Depende de ustedes, hijas queridas, el futuro próspero de la congregación;  hoy siguiendo el ejemplo  de Chantal y sus compañeras,  se consagran  enteramente a Jesús colocándose  en sus manos para ser instrumentos adecuados para su gloria.
Ya durante el noviciado comenzaste  la práctica de la renuncia total de sí mismas y de todo, y el ejercicio de todas las virtudes religiosas y apostólicas. En esta hora ofrézcanse como holocausto vivo a Jesús, y pronuncien los  santos votos, que las harán verdaderas esposas de Jesús ".
Beato José Allamano, Conferencia S. 5 de  abril de 1913, vol.1, p18 



Primera fila de izquierda a derecha: Hna. Margherita Demaria, Hna. Serafina Drudi, Hna. Agnese Gallo, Hna. Paolina Bertino,Hna. Cristina Moresco.
Segunda fila de izquierda a derecha: Hna.  Domenica Drudi, Hna. Teresa Grosso, Hna. Caterina Gemello, Hna. Candida Sandretto, Hna. Carolina Crespi.


jueves, 4 de abril de 2013


UN COMPARTIR DE FIESTA CON LA COMUNIDAD QUICHUA
DE PUERTO LEGUIZAMO


La comunidad Quichua que tiene como sede de cabildo Maloca, en la zona  urbana del pueblo, se ha reunido para compatir y celebrar sus fiestas tradicionales, especialmente el carnaval, que para ellos es una manera de saber  tomar la “Chicha”, bebida tradicional que convoca al pueblo para  hacer  fiesta.

La chicha de maíz es una bebida tradicional de los indígenas de la región elaborada con medios artesanales y que proviene de la fermentación no destilada del maíz, por lo que contiene algunos pocos grados de alcohol.

Las hermanas Gracia y Emilce participaron en esta bonita y rica fiesta donde se compartió una oración de acción de gracias a Dios y a la tierra madre

Un modo particular y curioso de vivir esta fiesta es, primero beber la Chicha, luego se comienza la danza tradicional acompañando con cantos, tambores y flauta; al mismo tiempo de las danzas se lanzan harina. Son los niños quienes gozan en pleno con este momento.

Para el final se habia preparado una linda dinámica tradicional:  talaron un árbol de coco bien alto, luego le colocaron varias bolsas pequeñas con números dentro o con dulces en las hojas que cuelgan, enseguida cavaron un hueco donde colocaron el árbol todo florido con las bolsas.   

Este árbol es cortado con un hacha, mientras se danza  y se canta hasta que caiga por tierra; luego todos corren por las pequeñas bolsas y los dulces que le habían colgado. Esta ha sido una experiencia que hemos seguido paso a paso gozando con ellos la preparación y la fiesta.

Después de todo esto se compartió el almuerzo tradicional con todos los participantes:  niños, jóvenes, ancianos, así como con el “Taita”, es decir el cacique y las autoridades civiles.

Celebrar y vivir la vida con estas comunidades indigenas nos invita a experimentar la presencia del rostro de Dios, reflejado y enraizado en estas culturas autóctonas llenas de color, de alegria, de fiesta.  

Hna. Emilce, Misionera de la Consolata