martes, 29 de enero de 2013


UN SUEÑO HECHO MISIÓN-CONSOLACIÓN

Un día como hoy  en 1901 el Beato José  Allamano fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata,  veía  como se hacía realidad su sueño, el   de fundar  un Instituto de misioneros, recibía  entonces del  Cardenal  Richelmy estas palabras:  “ Bendecimos  con toda la efusión de nuestra alma al nuevo Instituto, que  tomando el nombre de Nuestra  Señora de la Consolata, tiene como misión consolar el amantísimo Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, respondiendo a los deseos de su amor. Auguramos a estos nuevos hijos de María Consoladora , juntamente con su espíritu de celo y de sacrificio, los dones más selectos del apostolado católico…”      Unos años más tarde, el 29 de enero de 1910 su alegría se hace mayor cuando recibe el decreto de fundación de la rama femenina de su Instituto Misionero.

MISIONERAS DE LA CONSOLATA- COLOMBIA 

Misioneros y Misioneras de la Consolata : Hijos e hijas espirituales de un mismo fundador, una misma finalidad, un mismo espíritu, una sola meta: hoy, mañana y siempre: ¡Las misiones!  .  Por ello esta fecha es memorable para esta familia misionera, día de agradecimiento al Señor por el don que ha dado, a nosotros y a la Iglesia, con la fundación del Instituto, por el trabajo realizado, por el bien hecho, por todos los beneficios recibidos.

MISIONEROS DE LA CONSOLATA- COLOMBIA

Resuenan hoy  en el corazón de cada misionero y misionera las palabras del Allamano cuando decía: “Esta casa la ha poseído desde el principio el Señor, y es suya como un campo es de su propietario…es la Virgen quien la fundó y la iniciativa ha venido de nuestro Señor” (J. Allamano, Conf. A las hermanas, I, 442) 

domingo, 27 de enero de 2013

LA FE ES UN DON DE DIOS

Hna. Emilce Potillo

La Fe es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por y en nosotros. La Fe es un acto personal y comunitario, es un Don de Dios, para vivirlo en la comunión como Iglesia y comunicarlo al mundo.



En este año en el cual toda la Iglesia se empeña por vivir con autenticidad y profundizar su fe, me es grato  compartir con ustedes, una pequeña pero enriquecedora experiencia en algunas  comunidades indígenas del río Putumayo. En ocasión de la visita pastoral del Monseñor Francisco Munera a estas comunidades se ha realizado el sacramento de la Confirmación; jóvenes que optan por el SI a la Fe, que profesan y desean crecer cada vez más en su vida espiritual.
Tanto la comunidad de Nariño, como aquella del Refugio se vistieron de fiesta por este gran acontecimiento. Sobre todo en Nariño, donde no sólo se realizó el sacramento de la Confirmación sino también el de la Reconciliación,  Eucaristía y  Bautismo.
Estos cuatro sacramentos que hacen parte importante de la vida cristiana,  reavivaron nuestra   fe y reafirmaron  en nosotros y las comunidades Indígenas, que la vida de fe crece, se hace sentir, se manifiesta en estos acontecimientos,  fortaleciendo un camino ya iniciado mucho tiempo antes. Hoy se ven los frutos en estos niños, adolescentes y jóvenes.
Nos alegramos que la fe vivida, gustada, profundizada, hace parte del caminar  de las comunidades que visitamos y acompañamos por estos lugares alejados geográficamente de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Puerto Leguizamo, (Putumayo). A pesar  de esto, hacemos lo posible por apoyarlas y acompañarlas en estos momentos importantes para ellos.
 “Todos los fieles, llamados a reavivar el don de la Fe, tratarán de comunicar su propia experiencia de Fe y caridad.” (Beato José Allamano)


lunes, 14 de enero de 2013


50 AÑOS DE LA MISION
El 11 de enero tres Hermanas Misioneras de la Consolata: Afra Merlo, de origen Italiano, Paulita Merchán y Sofía Gallego, colombianas, hicieron una fiesta de agradecimiento a Dios por su fidelidad en estos cincuenta años de entrega al Señor y a la misión. Los primeros tres años de su servicio misionero los vivieron en la misión de Somalia – África y luego fueron destinadas a Colombia donde han servido al Señor con mucha alegría, amor, sencillez y humildad, en varios lugares del país. Este jubileo  culminó con la Santa Eucaristía presidida por los Misioneros de la Consolata: P. Joaquín Pinzón  y P. Lisandro. Después de la Eucaristía siguió un momento lúdico recordando las maravillas de Dios operada en las vidas de estas tres mujeres que consumieron los pies y sigue consumiéndose por  Amor a Dios y a los hermanos hasta el día de hoy.




LOS PIES DEL MENSAJERO QUE ANUNCIA LA PAZ

“Qué hermosos son sobre los montes los pies del Mensajero que anuncia la Paz” (Is. 52,5.)


Pero ¿por qué son hermosos estos pies? , ¿Qué tipo de hermosura es la que poseen?, ¿dónde está su belleza?, ¿qué hermosura es ésta de la que nos habla el profeta?

Los pies del mensajero son unos pies cansados, hinchados y heridos por un largo camino que atraviesa montes...; polvorientos, gastados, cansinos, deshechos... ¿Son estos pies hermosos?, ¿estos son los pies cuya belleza hay que contemplar? Pies recios, encallecidos, llagados por el calor y el sudor... abiertos y agrietados por el frío... golpeados por las piedras, arañados por espinos... Entonces ¿por qué son hermosos...? O tal vez la pregunta que debamos hacer sea mejor: ¿Cuál es la belleza de estos pies?

Son hermosos... porque llegan, son hermosos... porque traen la paz, son hermosos porque incansables no se han detenido... No son los pies de quien pisotea al pequeño... No son los pies del que impone su voluntad con violencia, no son los pies del guerrero... No son los pies del que oprime.

Son los pies del mensajero, del Enviado... Son los pies del Esperado... que funda esperanzas, que sustenta esperas, que abre el futuro a posibilidades nuevas.
(Nurya Gayol, aci Cuadernos acj Nº 188)




jueves, 10 de enero de 2013


Abre tu corazón a Jesús!!!




Hay experiencias que nos llevan a encuentros inesperados que nos abren nuevos caminos y que nos hablan de Aquel que nos ha llamado a la vida. Unos de estos encuentros  tuvo lugar en la casa de Espiritualidad de las hermanas Misioneras de la Consolata en Bogotá; donde Catalina, Irma y Jessica venidas de diferentes ciudades del país han vivido una experiencia con Dios  que les ha llevado a descubrir la presencia del Creador en sus vidas desde siempre.



Este fue un espacio, donde estas jóvenes oraron, jugaron, interiorizaron y se   sintieron llamadas por su  nombre a dar una respuesta concreta a su vocación como cristianas.
Ellas también fueron  testigos de la alegría que produce la entrega total a Dios y a la misión por parte de un grupo de hermanas mayores Misioneras de la Consolata, quienes les  acogieron en su casa con mucho cariño, además visitaron la misión de Soacha donde dos hermanas trabajan insertas en la realidad del barrio Ciudad Latina, allí estas dos misioneras  visitan los enfermos, trabajan con los adultos mayores, les enseñan manualidades a las mujeres y tienen grupo de oración.



Damos gracias a Dios por el tiempo que estas jóvenes dedicaron para este encuentro, jóvenes que  han dejado familias, amigos y sus actividades diarias, dándose tiempo para si y abrir su corazón a Jesús. Tenemos la certeza que ellas al igual que los discípulos dirán: “no podemos callar lo que hemos visto y oído”, irán a sus lugares de origen y serán luz para el camino de otros que no se han atrevido a darse esta oportunidad!!!