martes, 24 de abril de 2012

Villavicencio

COMPARTIENDO LA FE Y LA VIDA
Vivir una experiencia tan rica de fe y devoción como es la Semana Santa, se hizo sentir en un pueblito muy bonito  como es Villavicencio, más precisamente en la parroquia de Nuestra Señora de la Salud con sus pequeñas comunidades denominadas capillas, donde fuimos acogidas con mucha delicadeza, la hna. Luz Mery, la Hna. Susana Emilce  y las jóvenes Leidy e Irma Yesenia,  en una familia que nos abrió sus puertas ofreciéndonos todo lo que tenían.



Todos los días compartíamos los momentos  con los niños, con los jóvenes y las familias de manera que cada una de nosotras, hermanas, experimentábamos, una vida nueva que se fue gestando entre las gente, fueron tres días de preparación para lograr una Pascua viva en cada uno, y en cada una.
 Con el Domingo de Ramos, encuentro con el Cristo Rey que  entra triúnfante a Jerusalén,  fuimos entrando en el clima de Semana Santa. Después en el Triduo Pascual  la gente congregada para participar en los distintos acontecimientos de la vida de Jesús estuvo en contacto con aquel que nos amó hasta dar su vida sólo por amor.  fueron momentos de intimidad, momentos de estar con Él.
El viernes muy temprano, el vía Crucis por la calles de diferentes barrios, después la adoración de la Cruz, el sermón de las sietes palabras, la hora santa; con cuanta gratitud y devoción han hecho parte de su vida en el hoy a Dios que continua hacer historia .  Una historia que deja huella, no queda en el olvido sino que viene transformando en algo nuevo.



En la Vigilia Pascual la participación superó todos los otros años, tanto que el celebrante animó a la comunidad diciendo que éste era un signo de que la presencia de Jesús se hizo sentir en cada corazón humano. Vivir, experimentar la Resurrección de Jesús nos llena de gozo profundo de alegría inmensa, de fuerza y paz interior. 


Junto a estas pequeñas comunidades de Kirpás que tienen como patrono al Beato Juan Pablo II,  nuestro corazón se llena de gratitud al Señor Jesús que nos permitió vivir y gozar en plenitud una experiencia de vida de camino de donación de vida Resucitada en Él.  Junto al Pueblo cantamos Cristo Resucito Aleluya!!!!

                                       Hna. Susana Emilce Portillo

miércoles, 18 de abril de 2012

La fe sencilla de un pueblo !!!

En la semana mayor del 2 al 8 de abril, las hermanas Resty Malile y Angélica Guevara, tuvimos la hermosa experiencia de acompañar diferentes veredas del pueblo de Caldono. La  parroquia de San Lorenzo que es acompañada por los Misioneros de la Consolata, nos acogió junto a 8 jóvenes de Cali que quisieron dejar sus familias y comunidades  parroquiales para compartir con su fe con otros.



Fue una semana donde  la vida y la fe nos unieron con estas personas humildes y  sencillas, en su mayoría indígenas Nasa y algunos campesinos; quienes a pesar de sus sufrimientos a causa del conflicto armado, demostraron que con su transparencia, espontaneidad, apertura  y  don de gentes, se puede construir la paz en esta región.



En este tiempo cada misionera fue acogida en una casa del lugar, donde vivimos la experiencia de la acogida, la  fraternidad y el cariño.   El compartir la mesa nos tornó una sola familia en Jesucristo Resucitado y revelado en las formas sencillas de esta población, quienes con su forma de ser nos exhortaron a vivir un verdadero compromiso cristiano y a reconocer  una vez más a Jesucristo como único consolador de cada ser humano.





¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos! (Sal 133)
"Felices ustedes que escucharon la invitacion de Dios y con coraje dejaron de lado su ámbito de vida, como las comodidades, superando juicios y motivos humanos  preparándose para las misiones" (Beato José Allamano)




Un grupo de 8 jóvenes de Cali, pertenecientes a las parroquias de Santo Evangelio, Santa Cecilia y  María Reina; dejando sus actividades como las tendría cualquier joven, en esta  Semana Santa  decidieron hacer algo diferente. Ana, Johana, Mayra, Verónica, Lina, Ivanna, Diana y Katherine, se colocaron botas, el morral al hombro y con la bendición de sus familias emprendieron el viaje para Caldono - Cauca, allí compartieron su vida, su fe, su alegría, y su entusiasmo misionero;  dieron todo lo que son, acompañando a diferentes comunidades indígenas y campesinas, siendo testigos de la luz del Resucitado junto a estas personas sencillas que con mucha alegría y gratitud las acogieron en sus hogares.

Diana, Lina y Mayra en Cerro Alto   

Mayra en el 20 de Julio

Lina en el 20 de julio
Y, ¿a ti te gustaría tener una experiencia similar, compartiendo tu vida con otros?