Misioneras de la Consolata Colombia - Venezuela

NYAATHA “MADRE TODA MISERICORDIA”

La Beata Irene Stefani es una valiente mujer religiosa, misionera de la Consolata, extrovertida, con celo apostólico, de fe intrépida, que ayudó a todos los necesitados sin distinción alguna.

Sin ningún tipo de escrúpulos, se inmoló a si misma por   amor a Dios cuidando abnegadamente a los enfermos, siendo, en el ejercicio de su caridad,  contagiada por la peste.

Me llama la atención su imagen sencilla, humilde y sonriente, positiva, una mujer amigable y comunicativa, hablaba siempre del amor de Dios  y de Jesucristo y toda la gente quería conocerla. Vivió intensamente en el apostolado, estuvo entre la precariedad de las tribus Africanas, siendo pobre entre los pobres sirviendo a ellos. Una mujer que renunció a todo y a sí misma para Jesús a través de los pobres que no conocían a Jesús. La Beata Irene Stefani quería salvar a las personas dando a conocer la bondad de Dios, que envió a su Hijo Jesús para salvar la humanidad.

Esta misionera nos da un ejemplo fiel de amor; sus virtudes nos enseñan el ritmo de la vida, el sentido ferviente con el cual estamos llamados a caminar a lo largo de nuestra vida. Podemos  contemplar en su persona la fe con la cual llevó a los pueblos la alegría de ser de Dios y para Dios, la caridad que gozosa mostraba por los demás y que la llevó a ser una más entre los miembros de la tribu Agikuyus; así mismo la esperanza que transmitía ánimo y llenaba el corazón de quienes la conocieron; una madre que con amor pensaba en sus hijos  y la humildad con la cual llevó el evangelio a los más necesitados, sin buscar ningún protagonismo.

Nyaatha la madre misericordiosa del pueblo de Dios.

¡Qué bueno fuera, que como resultado de esta primera conmemoración de ella como Beata, resultaran muchas Irenes Stefani: jóvenes alegres, enamoradas de Jesús y prontas a entregar su propia vida al servicio de los más pobres y olvidados de nuestra sociedad! Este mensaje aplica a todos los jóvenes: hombres y mujeres que se sientan interpelados ante la santidad de personas  que fueron capaces de vivir lo ordinario de cada día en manera extraordinaria.